Una vez una persona del estado de Oklahoma (EU) me dijo una frase que me llamó mucho la atención: “Yo creo que quien inventó el aire acondicionado, nunca recibió las suficientes gracias de todos los que hemos sido beneficiados por su gran invento”. ¿Qué sería de este mundo sin electricidad, sin universidades, sin lugares donde comer en la carretera, sin aire acondicionado, sin herramientas para el trabajo, sin computadoras ni ipads? Disfrutamos a diario nuestra vida, gracias a personas que se atrevieron a emprender. Hemos aún conocido la Palabra de Dios, o aprendido a cantarle a El, por que algún emprendedor se atrevió a traer un mensaje de esperanza a nuestra zona, o por un valiente que grabó un disco de alabanza y adoración hace algunos años. Aún, en nuestras iglesias tal vez aprendimos de Dios de pequeños por una señora o una joven que emprendieron una “Escuelita Dominical” donde antes no había nada.
Pastor Daniel Martínez
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